
Hacen referencia a los activos físicos que incluyen la tierra y cualquier estructura o edificación que se encuentre en ella. Estas propiedades están vinculadas al suelo y no se pueden mover de un lugar a otro.
1. Residenciales: Hogares, apartamentos, casas, etc.
2. Comerciales: Edificios destinados para actividades comerciales, como oficinas, tiendas, hoteles, etc.
3. Industriales: Espacios para actividades de manufactura, almacenamiento y distribución.
4. Terrenos: Parcelas de tierra sin edificar, listas para su desarrollo.
5. Agrícolas: Terrenos destinados a la agricultura y producción de alimentos.
1. Potencial de apreciación del capital: A lo largo del tiempo, los bienes inmuebles tienden a aumentar de valor. Esta apreciación puede generar ganancias a largo plazo.
2. Flujo de efectivo: Si decides alquilar la propiedad, puedes obtener ingresos regulares en forma de alquiler.
3. Inflación y protección del valor: Los bienes raíces a menudo actúan como una protección contra la inflación, ya que los precios de las propiedades tienden a aumentar con la inflación.
4. Herencia y legado: Los bienes raíces se pueden mantener y transmitir a futuras generaciones, formando parte de tu patrimonio familiar.
1. Búsqueda y Selección
2. Negociación y Oferta
3. Inspección y Evaluación
4. Financiamiento o Capitalización
5. Cierre de Compra
Es fundamental contar con la asesoría de un agente inmobiliario y, en muchos casos, un abogado especializado en transacciones inmobiliarias para guiar y facilitar estos procesos.